El gato chino de la suerte, ese simpático animalillo dorado que nos da la bienvenida en los restaurantes chinos y japoneses de todo el mundo. ¿Qué demonios hace allí? ¿Por qué es dorado? ¿Es chino o japonés? ¿Se mueve por un hechizo milenario chino o lleva pilas? Hoy despejo todas tus dudas.
Actualmente la figura del gato chino de la suerte se utiliza para atraer la fortuna. Los chinos lo utilizan en viviendas y comercios para atraer fortuna y clientes.
Dependiendo de la pata que levanten, el gato chino de la suerte tiene un milenario poder distinto:
Si es la pata derecha, sirve para traer dinero y fortuna.
Si son las dos patas, sirve como protección para tu vivienda o negocio.
Si es la pata izquierda, sirve para atraer visitas.
Lo primero que hay que saber del gato chino de la suerte es que… ¡No es chino!
Aunque existe una fuerte disputa entre chinos y japoneses, el gato (que en china se conoce como Zhaocai Mao) es de origen japonés, donde es llamado Maneki Neko.
Generalmente se confunde su origen debido a un proverbio tradicional chino que dice que cuando un gato se frota la cara hasta las orejas significa que va a llover. También se cree que cuando esto ocurre van a venir visitantes a casa.
Existen varias historias acerca del gato chino de la suerte.
Yo te cuento todas y luego tú eliges la que te gusta más, ¿Qué opinas?
Esta es la historia más popular y la razón por la que hay un templo todavia dedicado a este famoso gato.
Cuenta la historia que en el siglo XVII en Japón, había un templo con pocos recursos económicos y el monje que vivía en él era muy pobre.
A pesar de su pobreza, compartía con una gata la poca comida que tenía.
Un día, un señor feudal de gran fortuna (Ii Naokata) fue a cazar al bosque cercano al templo cuando, de repente, empezó a llover.
La lluvia se convertio en una gran tormenta y para protegerse , decidió cobijarse bajo un árbol que estaba a las afueras del templo, hasta que la lluvia cesara.
Fue entonces cuando vio a una gata (Bobtail japones) que le hacía señas con una pata para que se acercase al templo (Gotokuji).
El hombre sorprendido por la llamada del gato decidió acercarse al templo.
Justo al acercarse a la gato, cayó un rayó sobre el árbol que le había dado cobijo.
Agradecido por haber salvado su vida, decidió pagar la reparación del templo y se aseguró de que el monje y su gata no volviesen a pasar hambre donando al templo campos de arroz y tierras de cultivo.
Así que gracias a la buena acción de la gata, el templo se hizo muy próspero.
Tras la muerte de la gata, se creó el símbolo del Maneki Neko para honrarla.
El templo budista de Gōtokuji (Gōtokuji Temple) se puede visitar todos los dias de 08.00 – 16.30 en Tokio donde podrás encontrar una gran coleccion de gatos de la suerte.
Gōtokuji Temple
2 Chome-24-7 Gotokuji
Setagaya City
Tokyo 154-0021
Japón
A 15 minutos de Asakusa se encuentra el santuario de Imado.
En el periodo Edo, en el barrio de Imado vivía una viejecita muy pobre con su gato.
Debido a su extrema situación de pobreza, esta se vio obligada a venderlo.
Una noche, el felino se le apareció en sueños y le dijo que hiciera su imagen en arcilla.
El barrio de Imado poseía numerosos talleres de cerámica en los que se fabricaban los famosos imado yaki, figuras en cerámica típicas de Imado.
La anciana siguió su consejo y empezó a fabricar estatuas de su gato y las vendió al templo de Asakusa.
Este acto resultó ser todo un éxito y la mujer se volvió rica.
Esta historia en como Kill Bill, pero a la antigua (Gato, Geisha, burdel, katana y serpiente).
En Yoshiwara, “el barrio del placer”, vivía una cortesana llamada Usugumo y que tenía un gato, al cual adoraba.
Un día, el gato se puso a tirar del kimono de Usugumo sin cesar.
Entonces, el propietario del burdel, creyendo que el gato estaba poseído, le cortó la cabeza.
Esta salió volando y mató al vuelo una serpiente que estaba en la habitación.
Tras esta imagen macabra, no había consuelo para Usugumo. Uno de sus clientes le regaló una réplica de su gato en madera y a partir de ahí, esta figura con forma de gato, se puso a la moda.
Según cuenta la leyenda, un pequeño vendedor sin muchos recursos acogió a un gato callejero en su comercio. Pese a no tener mucho dinero para comer, este compartía su comida con el felino. Un día, el gato se puso en la ventana y desde ese momento la clientela aumentó. Todos los comercios de la zona quisieron probar suerte y pusieron en la puerta esculturas simulando la figura del gato.
Recuerda el dicho popular: «Que no te den gato por liebre»
Como se dice para gustos, los colores.
Con los Maneki Neko el color tambien influye en su místico poder:
Lo mejor, comprar cada uno que veas, con cualquier pata arriba o abajo y sea del color que sea.
Así tu colección de gatos japoneses / chinos de la suerte te protejera a lo largo de tu vida.
Ponte a ahorra algo de dinero y espacio en tu casa, porque si funciona merecerá la pena, ¿o no?